Cegada por la ira, la mujer tomó un cuchillo y atacó al sujeto que tenía condenas por ultrajar sexualmente a menores de edad.En 2015, el caso de madre que mató a vecino que abusó de su hijo generó conmoción en Reino Unido .
Luego, Sarah Sands lo encontró llorando y arrancándose el pelo; ahí le reveló los vejámenes a los que había sido sometido.Después de beber dos botellas de vino, la mujer tomó la fatal decisión de armarse con un cuchillo y atacar al sujeto, que finalmente murió.
Durante la investigación, se enteró de que se trataba de un depredador sexual , que tenía 24 condenas por abuso sexual a menores entre 1970 y 1990. La justicia intervino y la condenó por el asesinato de Michael Pleasted.
Le aplicaron el cargo de “homicidio involuntario por pérdida de control” y, en primera instancia, fue castigada con tres años y medio de cárcel. Pasada la condena, un tribunal apeló y amplió la sentencia a siete años y medio.
Sarah Sands finalmente cumplió su condena y salió de prisión. Fue entrevistada por medios como The Sun a los que dijo: “Hice lo que haría cualquier madre por lo que le hizo a mi pequeño. Nunca volvería a asesinar. No me veo como una asesina, pero no me arrepiento”.
Cuando cometió el crimen, ella misma se entregó a las autoridades y dijo que había perdido el control.
Tras pagar su condena en la cárcel, reflexionó: “No soy mala persona, sé que hice algo malo, nunca lo he negado y he recibido el castigo”.
Sobre el pedófilo Michael Pleasted manifestó que “al menos sé que no puede lastimar a nadie más”.